Capítulo 10: Alquilar una vivienda en Madrid, parecía fácil pero ...

    Primero, contarles nuevamente que fuimos bienvenidos en Madrid por la borrasca Filomena; por lo cual debimos aplazar nuestra busqueda de vivienda hasta que las condiciones climáticas permitieran la movilidad; y luego a que las propiedades pudieran recuperarse para ser mostradas, quitando la nieve y reparando roturas originadas por la nevada. Esos 10 días de espera ya generaron serios problemas en nuestros planes, pues el apartamento que estabamos alquilando vía Airbnb no era lo suficientemente cómodo para que los niños comenzaran sus clases remotas. Esto agrego más urgencia a la necesidad inicial de concretar el alquiler de una vivienda. 

    Cuando uno sabe que se enfrenta a una tarea difícil está preparado para lo que le espera, en general las mayores frustraciones se dan cuando uno piensa que conoce los pormenores de una tarea y luego resulta que no son más de los que imaginaba. Esto fue lo que nos sucedió con la aparentemente sencilla tarea de alquilar una casa. 

    Primero subestimamos la oferta. Sabíamos al comenzar que nuestro objetivo era una casa o chalet lo más independiente posible, cuando llegamos a Madrid nos dimos cuenta que no sólo había poca oferta para alquiler; sino, que hay poca existencia de este tipo de propiedades comparadas con otras como apartamentos (pisos) o propiedades adosadas y pareadas. Se sumó a esto que debido a la situación por COVID19 la oferta era menor aún. Debo confesar que luego de llevar 4 meses ojando por internet habíamos visto que el mercado no se movía a buen ritmo. Esperabamos encontrar más opciones que las que veíamos por internet en los diferentes portales cuando estuvieramos in situ, pero no fue así, la oferta era más o menos lo que estaba publicado o menos ya que algunas ya se habían alquilado, otras estaban en obras aún y otras eran retiradas del mercado ya sea porque el inquilino se arrepentía de irse u otras. 

    Segundo subestimamos el proceso. Teníamos pensado que lo complicado de este proceso sería SÓLO encontrar una casa que nos gustase; pero resultó que lo complicado es el proceso de demostrar que uno es capaz de pagar el alquiler según los parámetros de cada inmobiliaria y propietario y las sorpresas de que las condiciones y los montos de garantía cambian sobre la marcha y aparentemente se definen según la cara del inquilino. Fue por esto que cada vez que nos interesaba una propiedad debimos presentar recibos de sueldo (nóminas), contrato de trabajo, certificados de solvencia y esperar el resultado del estudio de los mismo. En un caso pasaron de pedirnos 1 mes de alquiler como garantía a pedirnos 4 meses, en otra nos exigieron contratar un seguro bancario por nuestra cuenta, que además del costo nos atrasaría un par de semanas. Nos tomó por sorpresa la falta de claridad y respecto por los posibles necesidades y tiempos de los inquilinos. Debimos repensar nuestro objetivo y pasamos a buscar una casa en un rango de precios menor, ya que a pesar de poder pagar el rango que buscabamos no parecía que nos creyeran, pues parte de los ingresos venían del exterior y sólo tomaban en cuenta los de la nómina en España para lo cual el alquiler representaba el 40% de la misma.

    Luego de múltiples idas y venidas con casas que nos interesaron y no se concretaron y 1 mes después de llegar a Madrid logramos concretar el alquiler. Por suerte encontramos una preciosa casa, con un par de detalles que no nos conforman pero completamente sobrellevables y un propietario e inmobiliaria muy fáciles de tratar, donde lo que se pedía originalemente fue lo que se presentó, sin sorpresas ni cambios de último momento. Un arduo camino con un final feliz!

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