Capítulo 3: Contarle a los hijos, a la familia y a los amigos

Los hijos . . .

Como padres de un niño de 8 y una adolescente de 13 años contarles nuestra intención de mudarnos a otro país es un salto al vacío. Como siempre uno no tiene idea como puedan reaccionar. El hecho de que mi esposo ha trabajado fuera del país por varios años, viajando semanalmente a casa marcó un antecedente muy importante en su vida. Tenemos claro que esta vez nos vamos todos o no nos vamos. Mi esposo estaba particularmente ansioso  por contarles y nervioso por el resultado.  Se los dijimos sin vueltas "vamos a mudarnos a Madrid, papá tiene una propuesta laboral interesante y pensamos aceptarla". Y en cuestión de segundos uno los mira para evaluar el impacto. Si bien la reacción de la adolescente era la que yo más temía, por su condición de adolescente y porque no le gustan los cambios, está claro que uno nunca conoce bien a sus hijos. El pequeño de 8 tuvo una pataleta mayúscula ante nuestros sorprendidos ojos y la adolescente ni pestañeó.  Unas horas después, luego de mucho llanto y gritos el pequeño se calmó gracias a la ayuda de la hermana mayor y la promesa de que no venderíamos la casa y que llevaríamos a nuestra mascota, por supuesto! que pregunta esa, N. va con nosotros. Para él, con sus apenas 8 años, esto será una montaña rusa de emociones, y esta es sólo la primera vuelta, supongo que nos esperan más pataletas y llanto en nuestro futuro inmediato. Una de las razones de peso para esta mudanza es proporcionarles oportunidades de crecimiento personal que posiblemente no tendría en nuestro país. Nos parece importante que lo entiendan y que puedan disfrutar y aprovechar la experiencia.

La familia  . . .

Nuestra familia cercana se integra por menos de 20 individuos por lo cual en un abrir y cerrar de ojos todos estaban enterados. Mi madre y mi suegra son como buenas abuelas las que más resienten la noticia,  esperamos haber tomado una buena decisión, ya que la principal componente negativa de esta mudanza es efectivamente el distanciamiento de nuestros seres queridos. Esperamos que puedan visitarnos frecuentemente y nosotros deseamos poder viajar 2 o 3 veces al año a casa a visitarlos.

Los amigos . . . 

Tenemos pocos y muy buenos, a los que no vemos tanto como quisieramos. No felicitan por la audacia y apuestan que todo será para mejor para tranquilizarnos. También esperamos que nos puedan visitar y tener un lugar donde alojarlos en Madrid. 

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